Miauu en la casa

Creo que fue una de las noches más frías de este año, estaba pronto a salir a un carrete con unos amigos cuando de pronto, y mientras estaba haciendo los trámites finales para la salida por Messenger, siento un ruido fuera de la ventana de la pieza de estudio. Era un maullido constante, pero no sabía exactamente de dónde venía.

Lo primero que hize fue ponerme zapatos ( o zapatillas en este caso) y salir al patio delantero para ver donde estaba el gato y así poder aullentarlo para que se fuera.

Cual fue mi sorpresa al ver, tras mirar para todos los lados, arriba de un árbol que precisamente sí se trataba de un gato, pero no de uno común y corriente. Lo que me fijé es que lloraba de forma seguida y al acercarme me dí cuenta que se trataba de apenas de un cachorro con apenas semanas de vida, o al menos eso creo.

Acto segundo fue el darmelas de Spiderman chilensis y subir al árbol para sacarlo de la rama que nosé cómo se había metido. Ahí fue cuando y producto del susto que tenía el gato se escapó un segundo antes que lo agarrara y Paffff!!! al suelo de frente. Consecuencia de ello: un dolor de cuerpo como tres días y una muela afectada :S.

Cuento corto es que tras ese costalazo del año no quize seguir tratando de atrapar al gato, pese a la pena que le tenía. Volví a la casa a prepararme para salir.

Debe haber sido pasado de la medianoche cuando vuelvo a escuchar el miau, miau, miau; y ahora era más fuerte que unas horas atrás (claro, hacía un frío mucho mayor) y salgo para ver dónde estaba. Cuando veo si estaba en el árbol de denantes me dí cuenta que no.

El miau seguía incesantemente y ahí fue cuando vi que venía debajo de un auto. De mi auto!! Del auto que iba a ocupar para salir!!! :@. Jaja, me agacho y era la primera vez que lo veía tan cerca, estaba acurrucado, muerto de frío (y hambre probablemente) debajo del motor, lo llamé para que saliera y no había caso y como no sabía cómo iba a reaccionar me puse un guante para agarrarlo.

Fue el primer encuentro, lloraba sin parar, mientras lo llevaba en brazos. Lo dejé esa noche encerrado en una caja en el baño de visita con la calefacción que necesitare.

Al otro día, todos estabamos pendientes del nuevo huésped. Es más, lo veíamos tan chico e indefenso que tuvimo que ir a comprarle comida, también me dí cuenta que estaba con un ojo medio raro y la punta de la cola herida :(.

Pasó tiempo para que se acostumbrara a nosotros, de hecho mi vieja me decía todo el rato que había que buscarle casa porque no pensaba tener otro animal en la casa (2 perros ya), menos un gato. Pero yo sabía que había llegado para no irse.

Resumiendo la historia, junté un poco de plata y la llevé al veterinario, ahí nos dijieron que tenía una neumonía crítica, la punta de la cola que tenía herida se le cayó y estaba bajo peso. Pero tras una semana de estar internarnada llegó como nueva (digo nueva, porque ahí también nos dijieron que era hembra, otro punto que hasta ese entonces no sabíamos).

Tras la segunda etapa en la casa y ya teniéndolo asumidos todos que se quedaría vendría la parte más difícil a mi parecer: el escoger un nombre. Surgieron muchos nombres, la mayoría impuestos por mi vieja o mis otros hermanos: Matilde, Nekko, Kittie, etc... niuno encajaba.

Hasta que un día estaba viendo el excelente filme francés La Femme Nikita, dirigido por Luc Besson y el nombre me encantó, me recordaba al personaje que se salvó de la muerta cuando ya se creía que estaba en ella.

Así fue y Nikita juega a rasguñar las manos (especialmente las mías auyy) y llenar un espacio vacío de cariño que había en la casa. Sin duda, una de las mejores cosas que me ha pasado el último tiempo...