El nuevo robo de autos
Los últimos años se ha visto un cambio en el robo de autos. Donde antes los delincuentes acostumbraban sustraer el vehículo entero para luego preceder a su desarme y su posterior venta por piezas, o a su exportación a países vecinos, hoy es mucho más común el robo de piezas, en especial espejos.
Este efecto llega al punto de que 4 de cada 10 vehículos que llegan a servicio técnico en Davis Autos, una de las concesionarias más grandes de Chile, entre cuyos modelos está el Chevrolet Corsa, que lleva años como el más vendido de Chile, ingresan para el reemplazo de espejos robados.
Aparte del ya mencionado Chevrolet Corsa, que es una de las victimas más comunes de este delito, otros modelos comúnmente atacados por los antisociales son las camionetas de Ford, en especial el modelo Ranger.
Las piezas robadas suelen ir a parar al persa o a desarmadurías ilegales que, irónicamente, terminan vendiéndoles los repuestos a las mismas personas afectadas, pues más allá de quienes han sido victimas de este delito no existe mayor mercado para las piezas robadas.
Esto es confirmado por los dueños de desarmadurías legales, quienes no venden piezas robadas, y afirman que las piezas legales que tienen mayor rotación son los focos delanteros y traseros, pues suelen ser los más afectados en los accidentes de transito menores.
En general, quienes cometen este crimen son altamente organizados y metódicos, especializándose en determinados sectores de la ciudad y saqueándolos continuamente, al punto de que existen personas que han sido victimas de este delito varias veces.
Este efecto llega al punto de que 4 de cada 10 vehículos que llegan a servicio técnico en Davis Autos, una de las concesionarias más grandes de Chile, entre cuyos modelos está el Chevrolet Corsa, que lleva años como el más vendido de Chile, ingresan para el reemplazo de espejos robados.
Aparte del ya mencionado Chevrolet Corsa, que es una de las victimas más comunes de este delito, otros modelos comúnmente atacados por los antisociales son las camionetas de Ford, en especial el modelo Ranger.
Las piezas robadas suelen ir a parar al persa o a desarmadurías ilegales que, irónicamente, terminan vendiéndoles los repuestos a las mismas personas afectadas, pues más allá de quienes han sido victimas de este delito no existe mayor mercado para las piezas robadas.
Esto es confirmado por los dueños de desarmadurías legales, quienes no venden piezas robadas, y afirman que las piezas legales que tienen mayor rotación son los focos delanteros y traseros, pues suelen ser los más afectados en los accidentes de transito menores.
En general, quienes cometen este crimen son altamente organizados y metódicos, especializándose en determinados sectores de la ciudad y saqueándolos continuamente, al punto de que existen personas que han sido victimas de este delito varias veces.
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